18 agosto 2016

Bilingüismo

La idea de convertir los institutos en centros bilingües no era mala, pero como siempre llegaron los pedagogos, los psicólogos, y en general todos esos entendidos en la materia que nunca han puesto un pie en una clase de esas de primero de la ESO a treinta y tantos, y decidieron que la implantación no era buena.

Que era discriminatoria.

Como siempre, se le pregunta a todo el mundo menos a los que en realidad dan clase, a los profesores. Mientras en otros países del mundo los "maestros" pertenecen a las élites, junto con los médicos y los arquitectos, aquí somos poco más que un rebaño de ovejas que tiramos para un lado o para otro según nos arreen desde la izquierda o desde la derecha. Nosotros sabemos que algo no funciona, y por supuesto sabemos que algo no va a funcionar, ¿pero a quién demonios le importa nuestra opinión? Nosotros calladitos que ya cobramos mucho y tenemos muchas vacaciones, que encima vamos a quejarnos.

Usted no viviría en una casa con grietas en el techo y en las paredes. Usted no dejaría que a su marido lo operara una persona que no ha hecho la carrera de medicina. ¿Por qué deja a su hijo en manos de personas que no tienen ni idea de lo que están haciendo con él?

El bilingüismo se implantó como una forma de que los alumnos que tuvieran aspiraciones más altas, capacidad, interés, o simplemente a sus padres encima, pudieran tener una especie de "refuerzo de inglés transversal", introduciendo dicho idioma en asignaturas científicas. Por lo menos los niños aprenderían nuevo vocabulario, reforzarían las estructuras gramaticales, y practicarían el hecho de tener que expresarse en otro idioma. En un instituto de tamaño medio existía una línea bilingüe, petada de alumnos, rozando el número máximo permitido por ley, y dos líneas no bilingües con muchos menos alumnos.

Y funcionaba, coño. Que yo entiendo que para el resto de los profesores, los que les tocaban las otras dos líneas, no era justo. Pero oye, que vosotros tenéis los bachilleratos, que a nosotros no nos dejáis ni olerlos. ¿Eso sí os parece justo?

Hasta que llegó algún listillo con la palabra mágica. Discriminatorio. Y no se le ocurrió nada mejor que implantar que todo el instituto sea bilingüe, todas las líneas, todos los alumnos.

Incluidos apoyos, compensatorias, los cafres, los elementos radiactivos, los que no quieren estudiar y los que cuentan los días para cumplir los 16 años y largarse. A esos nadie los ha tenido en cuente. Ah, sí, que ahora es cuando les hemos tenido en cuenta, porque vamos a darle las clases en inglés.

Pero si no pueden ni en español. Pero si no les interesa, pero si me cuesta la misma vida que hagan una ficha del cuadernillo.

¿Ahora es cuando están bien atendidos? ¿Ahora es cuando el sistema es justo? Integración no significa atender por igual a todos los alumnos, sino atender a cada alumno según sus necesidades o sus aspiraciones. Es ahora cuando estoy discriminando a "los buenos" porque no puedo dedicarles el tiempo que necesitan, porque tengo un grupo de diez alumnos en el aula que no se enteran de nada. En el mejor de los casos me llaman para preguntar dudas y me interrumpen la clase viente veces. En el peor de los casos se aburren y se ponen a hablar con el de al lado. Normal. ¿Qué van a hacer los pobres? ¿Y qué hago yo con los otros veinte mientras tanto?

Esto no funciona.

Aquí es donde cada centro, interpretando la ley desde su propia situación y características. implanta el bilingüismo como puede y como les dejan. Hay quien efectivamente tiene todos los grupos bilingües, pero organizados por niveles. Este es le grupo bilingüe puro, y este es el grupo bilingüe. Y a cada uno de ellos les daremos clase según sus necesidades.

En otros se echan a los noventa y dos alumnos en una bolsa y se barajan y salen tres grupos homogéneos, donde hay de todo. A treinta o más cada uno. Con un poco de todo.

Y hay quienes todavía mantienen su línea bilingüe contra viento y marea.

¿Cómo puedo tener a alumnos de compensatoria en una clase bilingüe en una asignatura instrumental? ¿Cómo voy a tener a alumnos de compensatoria, de los que tengo que ocuparme yo en exclusiva, en una clase de matemáticas bilingüe a treinta? ¿Pero es que nos hemos vuelto locos?

"No vayas a dar la clase en inglés, que no se enteran." Pues entonces vaya mierda de profesor bilingüe que soy. ¿Qué integración es darles a esos alumnos un cuadernillo en español? ¿POrque así son bilingües sobre el papel y mira qué bien quedamos ante Delegación y en las estadísticas?

"No se te vaya a ocurrir hablar en inglés."

Aquí es donde yo, lo siento, les saco el dedo y me pongo de malas con la directiva, el resto del departamento, o quien haya tenido la feliz idea. Si querías un payaso de feria, haber pedido un payaso de feria. Has pedido un profesor bilingüe.

"Pues bajamos el nivel. Total, todavía estamos por encima de los mínimos del decreto."

Claro, eso sí que funciona. Bajamos el nivel, damos las clases en español, y el porcentaje de aprobados sube como la espuma. Pero el que decida que quiere ser ingeniero va a llegar a la universidad sin saber hacer la O con un canuto.

No.

Y además, no creo que a ese centro le importen un pimiento sus alumnos, porque igualar por debajo no es la forma de arreglar el problema.

Claro que total, son los primeros y segundos de la ESO y se los vamos a largar al interino de marras que nos manden este año. Que se las apañe como pueda.



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